Don Philip Dickmans obispo de Miracema do Tocantins

CIUDAD DEL VATICANO, 21 MAY 2008 (VIS).-El Santo Padre nombró: Don Philip Dickmans obispo de Miracema do Tocantins (superficie 45.985, población 193.194, católicos 140.350, sacerdotes 16, religiosos 26) en Brasil. El obispo electo nació en 1963 en Herk-de-Stad (Bélgica), fue ordenado sacerdote en 1990 y actualmente era sacerdote “fidei donum” de la archidiócesis de Palmas (Brasil).

¡Felicitaciones al joven obispo y oraciones para un efectivo servicio pastoral!

Breve historia de los Fidei Donum de Milán en Huacho

El don de la fe

“La fe se fortalece donándola”. Con esta frase de Juan Pablo II se puede explicar el sentido de la experiencia sacerdotal del “fidei donum”, una expresión del idioma latino que significa “el don de la fe”, y que indica a los sacerdotes diocesanos que dejan a su Iglesia para ofrecer su servicio sacerdotal en otra diócesis más necesitada de su labor.

La presencia de los sacerdotes “fidei donum” de Milán en Huacho se da a partir del noviembre de 1989 con padre José Noli a quien se le pidió atender a la Parroquia “Jesús Divino Maestro” en el Cono Sur de Huacho. Una presencia que luego se multiplicará con la venida de padre Luciano Garlappi (1992), padre Alessandro Vavassori (1993), padre Ezio Borsani (1997), padre Alberto Vigorelli (2002), padre Giuliano Lonati (2002), padre Ambrosio Cortesi (2003), padre Vittorio Ferrari (2005), padre Emanuele Munafó (2007) y, en estos últimos meses, con la venida de padre Orazio Antoniazzi (2007), padre Alberto Bruzzolo (2007) y padre Antonio Colombo (2007). Además, han colaborado con su presencia unas parejas de laicos: Alberto y Magina Galli (1991), Daniele y Carla Conti (1999), Luigi y Elizabeth Rigamonti (2003), y ahora colaboran Simone y Clara Massa Pinto (2007), Giovanni y Chiara Balestrieri (2008), además del joven laico Massimo Merli (2008).
¿Por qué estos sacerdotes y laicos han dejado su Iglesia para ofrecerse a esta Iglesia de Huacho?
Un único deseo ánima a un “fidei donum”: compartir la fe con espíritu misionero, servicial y solidario. Todos y cada uno, desde su experiencia y realidad, han sido impulsados por el Espíritu del Señor a colaborar con la Iglesia hermana de Huacho para que crezca y se fortalezca el don de la fe en este pueblo. En realidad es un intercambio, en cuanto los que venimos de Milán traemos nuestra “tradición” y vivencia, pero nos encontramos con una Iglesia con su “tradición” y su caminar, rica de vida y de futuro.
Lo que caracteriza la presencia de Milán en Huacho es la actitud de acompañar a las comunidades y a las personas, escuchando y trabajando juntos. No hemos venidos con planes y proyectos, sino más bien con el deseo de caminar y trabajar juntos para que maduremos en la fe, la esperanza y la caridad. Es por esto que siempre hemos trabajado de la mano con la pastoral zonal y diocesana, asumiendo también con disponibilidad, las Parroquias y los cargos que se nos planteaba.
Obviamente venimos con nuestra “carga espiritual y pastoral” y una experiencia de Iglesia que nos ha educado y formado. Y aquí está el intercambio, es decir, la voluntad de enriquecernos mutuamente con los dones espirituales que el Señor nos ha dado.
Como “milaneses” traemos una gran pasión evangelizadora desde la vida comunitaria y las relaciones personales, abiertos a los más necesitados, teniendo como centro propulsor la Parroquia, experiencia formadora que educa a ser cristianos maduros, atentos a la realidad de nuestro alrededor, preocupados de los demás, disponibles a colaborar en la difusión del evangelio con la labor pastoral en fraternidad y solidaridad.
Y hay un aspecto que marca profundamente esta “presencia milanesa”: la certeza que todos estamos llamados a ser santos desde lo que somos y la realidad que vivimos. El cardenal Martini decía que desde la Parroquia hay que promover la “santidad popular”, es decir, que en la Parroquia se proponen y acompañan caminos de fe muy diferentes, aptos para las necesidades de todos y de cada uno. En la Parroquia todos son bienvenidos… y todos deben poder vivir su fe juntos con los demás.
Esta perspectiva se intercambia muy bien con la vivencia de la Iglesia huachana-peruana, marcada por una actitud de fe profunda, purificada por el sufrimiento y animada por el “sentimiento”. Una Iglesia-pueblo que tiene un intenso sentido de la comunidad y de la solidaridad. Una Iglesia que, desde su pobreza, persevera y lucha, llena siempre de esperanza y proyectos.
Con el pasar de los años, cada vez más se van dejando de lado las diferencias para que crezca este don de la fe compartida que fortalezca nuestras Iglesias de Huacho y de Milán, haciéndonos más católicos, y por ende más abiertos al mundo desde la experiencia de nuestra seguimiento de Jesucristo.

Padre Luciano Garlappi por “Fidei donum” de Milán

La experiencia de los Fidei Donum de Milán en Huacho

El don de la fe

“La fe se fortalece donándola”. Con esta frase de Juan Pablo II se puede explicar el sentido de la experiencia sacerdotal del “fidei donum”, una expresión del idioma latino que significa “el don de la fe”, y que indica a los sacerdotes diocesanos que dejan a su Iglesia para ofrecer su servicio sacerdotal en otra diócesis más necesitada de su labor.

La presencia de los sacerdotes “fidei donum” de Milán en Huacho se da a partir del noviembre de 1989 con padre José (Giuseppe) Noli a quien se le pidió atender a la Parroquia “Jesús Divino Maestro” en el Cono Sur de Huacho. Una presencia que luego se multiplicará con la venida de padre Luciano Garlappi (1992), padre Alessandro Vavassori (1993), padre Ezio Borsani (1997), padre Alberto Vigorelli (2002), padre Giuliano Lonati (2002), padre Ambrosio Cortesi (2003), padre Vittorio Ferrari (2005), padre Emanuele Munafó (2007) y, en estos últimos meses, con la venida de padre Orazio Antoniazzi (2007), padre Alberto Bruzzolo (2007) y padre Antonio Colombo (2007). Además, han colaborado con su presencia unas parejas de laicos: Alberto y Magina Galli (1991), Daniele y Carla Conti (1999), Luigi y Elizabeth Rigamonti (2003), y ahora colaboran Simone y Clara Massa Pinto (2007), Giovanni y Chiara Balestrieri (2008), además del joven laico Massimo Merli (2008).

¿Por qué estos sacerdotes y laicos han dejado su Iglesia para ofrecerse a esta Iglesia de Huacho?

Un único deseo ánima a un “fidei donum”: compartir la fe con espíritu misionero, servicial y solidario. Todos y cada uno, desde su experiencia y realidad, han sido impulsados por el Espíritu del Señor a colaborar con la Iglesia hermana de Huacho para que crezca y se fortalezca el don de la fe en este pueblo. En realidad es un intercambio, en cuanto los que venimos de Milán traemos nuestra “tradición” y vivencia, pero nos encontramos con una Iglesia con su “tradición” y su caminar, rica de vida y de futuro.

Lo que caracteriza la presencia de Milán en Huacho es la actitud de acompañar a las comunidades y a las personas, escuchando y trabajando juntos. No hemos venidos con planes y proyectos, sino más bien con el deseo de caminar y trabajar juntos para que maduremos en la fe, la esperanza y la caridad. Es por esto que siempre hemos trabajado de la mano con la pastoral zonal y diocesana, asumiendo también con disponibilidad, las Parroquias y los cargos que se nos planteaba.

Obviamente venimos con nuestra “carga espiritual y pastoral” y una experiencia de Iglesia que nos ha educado y formado. Y aquí está el intercambio, es decir, la voluntad de enriquecernos mutuamente con los dones espirituales que el Señor nos ha dado.

Como “milaneses” traemos una gran pasión evangelizadora desde la vida comunitaria y las relaciones personales, abiertos a los más necesitados, teniendo como centro propulsor la Parroquia, experiencia formadora que educa a ser cristianos maduros, atentos a la realidad de nuestro alrededor, preocupados de los demás, disponibles a colaborar en la difusión del evangelio con la labor pastoral en fraternidad y solidaridad.

Y hay un aspecto que marca profundamente esta “presencia milanesa”: la certeza que todos estamos llamados a ser santos desde lo que somos y la realidad que vivimos. El cardenal Martini decía que desde la Parroquia hay que promover la “santidad popular”, es decir, que en la Parroquia se proponen y acompañan caminos de fe muy diferentes, aptos para las necesidades de todos y de cada uno. En la Parroquia todos son bienvenidos… y todos deben poder vivir su fe juntos con los demás.

Esta perspectiva se intercambia muy bien con la vivencia de la Iglesia huachana-peruana, marcada por una actitud de fe profunda, purificada por el sufrimiento y animada por el “sentimiento”. Una Iglesia-pueblo que tiene un intenso sentido de la comunidad y de la solidaridad. Una Iglesia que, desde su pobreza, persevera y lucha, llena siempre de esperanza y proyectos.

Con el pasar de los años, cada vez más se van dejando de lado las diferencias para que crezca este don de la fe compartida que fortalezca nuestras Iglesias de Huacho y de Milán, haciéndonos más católicos, y por ende más abiertos al mundo desde la experiencia de nuestra seguimiento de Jesucristo.

Padre Luciano Garlappi por “Fidei donum” de Milán

Don Aldo Busso: i pozzi e l’acqua viva

Riceviamo e pubblichiamo questa lettera dal Brasile:

CIAO, amici!

Il tempo di Pasqua è trascorso velocemente, ed è stato bello per me celebrare la gioia della risurrezione con le diverse Comunità. L’accoglienza generosa e la semplicità hanno caratterizzato la preghiera, soprattutto nelle Comunità dell’interno, che visitiamo a distanza di un mese.

In questo periodo mi ha accompagnato la riflessione sul DONO dell’ACQUA, seguendo la costruzione dei pozzi per i Centri di Accoglienza. Nei quartieri periferici della città di Varzea Grande, infatti, l’acqua viene erogata solamente alcune ore al giorno e nei bairros più poveri una volta alla settimana.

Durante la quaresima, con i bambini abbiamo preparato i momenti di preghiera con il segno dell’acqua: richiamo all’attenzione, al rispetto, alla gratuità, al perdono. La Pasqua ci ha invitati ad aprire il cuore per accogliere un’”acqua nuova” e i pozzi sono diventati un messaggio di speranza e di vita. Mentre nella mia mente erano presenti le immagini delle sorgenti, dei torrenti e dei laghi delle nostre montagne. Continua a leggere

P. Adolfo Bittschi Mayer Obispo Auxiliar de Sucre

VATICANO, 15 May. 08 / 08:51 am (ACI).- El Papa Benedicto XVI nombró como nuevo Obispo Auxiliar de Sucre (Bolivia) al P. Adolfo Bittschi Mayer, hasta ahora Párroco de Incahuasi en la misma Arquidiócesis.

El P. Adolfo Bittschi Mayer nació en Ingolstadt, Alemania el 1° de diciembre de 1950. Realizó sus estudios teológicos en la universidad católica de Eichastätt, donde obtuvo el diploma en Teología en 1977. De 1973 a 1974 realizó estudios en el Instituto Bíblico de Jerusalén.
Fue ordenado sacerdote el 18 de junio de 1977 en Eichstätt. En los años sucesivos se desempeñó como Vice-Párroco en parroquias de Eichastätt. Desde 1983 desarrolla su ministerio como sacerdote fidei donum en la Arquidiócesis de Sucre. Actualmente es Párroco de Incahuasi y miembro del Consejo Presbiteral.

PUM: giornata di preghiera per la Cina

Carissimi amiche e amici,
saluti e gioia nello Spirito del Signore Risorto che viene a farci forti per annunciare il suo Vangelo fino agli estremi confini della terra.

Già lo scorso anno abbiamo bussato al vostro cuore per chiedervi, a nome di S. Em. il Card. Ivan Dias, Prefetto della Congregazione per l’Evangelizzazione dei Popoli, di elevare suppliche al Signore perché la lettera del Santo Padre Benedetto XVI alla Chiesa in Cina potesse essere accolta cordialmente dal Popolo della Repubblica Popolare Cinese e una nuova alba potesse sorgere nei rapporti tra la Santa Sede e il Governo cinese.

Molto è già avvenuto, ma dobbiamo avere il coraggio di chiedere di più a Colui che ci ha promesso che ogni nostra preghiera nel suo nome sarà esaudita.

Il Santo Padre ha chiesto ai cattolici cinesi, e a quelli di tutto il mondo, di celebrare una Giornata di Preghiera per la Chiesa in Cina il 24 Maggio di ogni anno. Continua a leggere

Convegno di Huaura – gennaio 2003

Di villaggio in villaggio, di casa in casa…

– Una Chiesa, tante Chiese: abitare, insieme, da poveri –

 

  1. L’approccio

Io preparo per voi un regno (Lc 22,29). Potremmo partire da qui per tentare di descrivere cosa ha raccolto l’attenzione dei partecipanti al Convegno di Huaura, cinque anni fa. Partire, cioè, dalla consapevolezza di un agire di Dio che non possiamo non chiamare gratuito.

Anzitutto questo ci ha richiamato il giorno di ritiro che ci ha visti sostare, aiutati dalle meditazioni guidate da don Severino Pagani. C’è qualcosa che ci anticipa, qualcosa per cui Dio lavora da tempo, che già abita il cuore di uomini e donne di ogni tempo e di ogni luogo e che anima il cammino delle Chiese; e in questo l’apostolo è allora colui non che precede, ma che accompagna l’agire di Dio.

In questo senso è stato importante, nei giorni di Huaura, provare a rileggere le nostre biografie: quelle personali, quelle delle Chiese entro le quali alcuni di noi sono stati o sono mandati, la biografia stessa della nostra Chiesa di Milano, assetata anche di cogliere segni di vita e doni del Signore attraverso l’esperienza di scambio e cooperazione che si vuole sempre più crescente e significativa con altre Chiese sorelle. E con semplicità e profondità le giornate vissute insieme ci hanno permesso di ascoltare cammini diversi e diverse attese dal Chad, dal Cameroun, dallo Zambia, dall’Albania, dal Messico, dal Brasile, dal Perù.

Anche la pluralità di ministeri vissuti si è fatta elemento prezioso per l’ascolto delle biografie dei nostri cammini ecclesiali: le diverse vocazioni spese nella missio ad gentes ci hanno aiutato a disegnare con ampiezza la ricchezza del lavoro pastorale che la Chiesa di Milano sente di condividere con le altre Chiese; un lavoro pastorale che abbiamo davvero avvertito in una responsabilità comune.

Continua a leggere